Tras la victoria de Rafa Nadal en la final del Open de Australia el pasado 30 de enero, fueron varios los medios de comunicación que se apresuraron a definirle como el mejor tenista de la Historia, entre ellos, RTVE, La Vanguardia, Marca. Concretamente, en el informativo de Televisión Española se insistía en que ha logrado «lo que nadie había hecho»: ganar 21 Grand Slams.
Sin embargo, esta información es directamente falsa: como algunos de esos medios puntualizaron más tarde, es el primer tenista masculino en conseguirlo, pero no la primera persona. De hecho, hay hasta tres que lo superan: tres mujeres que acumulan 22, 23 y 24 Grand Slams, respectivamente.
La primera de ellas es Stefanie Graf, tenista alemana considerada como la mejor jugadora de este deporte del siglo XX, que consiguió el último de sus 22 títulos en 1999, antes de retirarse por lesión. La estadounidense Serena Williams no se queda atrás, con 23 Grand Slams individuales y todavía en activo. Pero la persona con más victorias de Grand Slams, hasta 24, es la australiana Margaret Court, que alcanzó este honor en 1973 y lleva retirada del deporte desde finales de esa década.
Este error no solo subraya la invisibilización del deporte femenino en los medios de comunicación, ampliamente denunciada en los últimos años, sino que contribuye a la discriminación por razón de género y a minusvalorar los triunfos de las mujeres deportistas. Es necesario, por tanto, exigir que los medios de comunicación, sobre todo aquellos de titularidad pública, recurran a la perspectiva de género, tanto con el lenguaje inclusivo como en la revalorización de las aportaciones femeninas al mundo del deporte. Así, debe evitarse un empleo tan exagerado del masculino genérico que elimine de la Historia del deporte no a una, sino a tres figuras de tanta importancia.