No es raro encontrarse noticias en medios de comunicación donde se refieren a Valladolid como la capital de Castilla y León. Pero nada más lejos de la realidad. Castilla y León no tiene capital reconocida. De hecho, en el año 2019, el Grupo Popular del Ayuntamiento vallisoletano preparó una moción para que se reconociera la capitalidad de Valladolid que nunca llegó a buen puerto. Es un hecho que lleva años generando discusiones.
Y es que el Estatuto de Autonomía de Castilla y León de 1983 y las reformas que le siguieron hasta 2007 no definían en ninguno de sus artículos cuál era la capital. Solo se hace mención a las sedes institucionales. Así se expone en el artículo 3 de la reforma de 2007:
«1. Una ley de las Cortes de Castilla y León, aprobada por mayoría de dos tercios, fijará la sede o sedes de las instituciones básicas de la Comunidad.
2. La Junta de Castilla y León determinará la ubicación de los organismos o servicios de la Administración de la Comunidad, atendiendo a criterios de descentralización, eficacia y coordinación de funciones y a la tradición histórico-cultural» (1).
Tanto las Cortes como la Junta de Castilla y León tienen sus sedes en Valladolid (la primera de ellas primero se encontró brevemente en el Convento de las Claras en Tordesillas y, más tarde, en el Castillo de Fuensaldaña). Otras instituciones están ubicadas en diferentes provincias: el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León en Burgos, el Tribunal de Cuentas en Palencia, el Procurador del Común en León y el Consejo Consultivo en Zamora.
A pesar de que se trate de una anomalía y que probablemente se hiciera para evitar herir a otras provincias, Castilla y León no tiene capital.
Referencias:
(1). Ley Orgánica 14/2007, de 30 de noviembre, de reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla y León.
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